Hola a tod@s!
Hoy vengo a contar mi experiencia en el Challenge Madrid del 24 de septiembre de 2017, voy a explicar por qué me metí en esto, cómo lo preparé, cómo fue la organización, cómo es cada prueba por los que queráis hacerlo en la próxima temporada, cómo se me dio y cuáles fueron mis sensaciones antes, durante y después. Espero que os sea útil triatletas.
EL COMIENZO…
Como muchos sabéis, soy preparador físico y siempre he pensado que además de las teorías de los sistemas de entrenamiento, probar en mi mismo los deportes que realizan las personas que me contratan, me va a dar una experiencia que me va a ayudar a ser mejor preparador que aquel que no lo pruebe pues en la teoría no siempre está todo, hay sensaciones, imprevistos, pensamientos que difícilmente encontraré en los libros y es así como comienza esta historia.
Hace más de dos años me contrató un triatleta amateur pero con largo recorrido en medias y largas distancias para mejorar sus tiempos. El reto era importante pues se trataba de una persona que ya estaba entrenada y no de alguien que comenzaba de cero. El primer gran objetivo fue el 70.3 de Mallorca y por el camino teníamos «competiciones entreno» como el medio maratón de Getafe entre otras. El caso es que juntos logramos que bajara de peso pues aunque estaba en peso saludable, podíamos afinar más, mejoró mucho sus marcas sobre todo en la parte de carrera (donde yo tenía ya bastante experiencia como entrenador y corredor) y a pesar de las condiciones de lluvia hizo muy buena competición en Mallorca. A continuación me pidió que le preparara para el Ironman de Copenhague donde logró su mejor marca en triatlón de larga distancia, el pasado agosto.
Hasta este punto yo nadaba y corría pero la bicicleta nunca me había llamado la atención y era lo que me echaba para atrás del triatlón. Día a día, mi deportista me intentaba convencer de que lo probara, que seguro que me iba a gustar y que además si él estaba mejorando gracias a mi entrenamiento que por qué yo no lo hacía, en definitiva, su trabajo diario de comerme la oreja y mi premisa de probar aquellos deportes de mis deportistas que yo no haya practicado hicieron que acabara aceptando el reto y claro, si lo aceptaba, tenía que ser a lo grande por lo que era noviembre del 2016 y me apunté al Ecotrimad Half del 3 de junio de 2017 y al Challenge de Madrid de 2018, entre medias como «competiciones entreno» tuve un duatlón olímpico en Casa de Campo, un triatlón sprint en Tres Cantos, el Medio Maratón de Madrid, Aquatlón Sprint en Ibiza y el Trail Sant Jordi en Ibiza.
EMPIEZO A ENTRENAR TRIATLÓN…
Era noviembre de 2016 y nunca me había subido a una bicicleta de carretera y llevaba años sin subirme a una bicicleta en general. En cuanto al estado de forma general estaba bien, puesto que venía de hacer el circuito de obstáculos Spartan Race en todas sus distancias y de hacer media maratón de San Sebastián y maratón de Valencia.
Para comenzar y ver si me gustaba, un familiar me deja una BH Oquina de hace unos cuantos años y aunque no era la mejor bici del mundo, era la mejor que tenía yo en ese momento así que solo puedo agradecer la ayuda. Yo me compré de primeras la ropa más básica puesto que tampoco sabía si me iba a gustar. Pusimos la bicicleta a punto, me hice el estudio biomecánico, instalé en casa un rodillo comprado en Wallapop, me hice mi planificación de entrenamiento (esto es lo único que sí dominaba de toda esta historia) y me puse al lío. Mi planificación de cara al Challenge empezaba el 23 de enero de 2017.
El primer día no sabía ni anclar las calas y recuerdo que al bajarme quité un pie y fui a bajar por el otro lado y me caí en parado, esta es la única vez que me he caído hasta ahora y espero que siga así mucho tiempo.
Retomé la natación apuntándome a un grupo de perfeccionamiento en la piscina de Boadilla y además fui por mi cuenta a hacer mi planificación y en cuanto a la carrera y la parte de tonificación, seguí trabajando en ello, cosa que ya hacía antes de empezar con el triatlón.
LAS COMPETICIONES ENTRENO…
Mi primera competición fue el Duatlón de Popular Du Tri Cup en Casa de Campo, eran 10km corriendo, 40km en bici y 5 corriendo, antes de empezar me percato que solo yo llevo el dorsal en el pecho pues hasta ahora en todo lo que había competido era donde se llevaba y me encuentro a una amiga que ya tenía recorrido en estas competiciones y me explica lo del portadorsal y me aconseja que me reserve en la bici o lo iba a pasar mal corriendo, yo como novato hice caso. Finalmente tardé 2h 21′ 43″ quedando en la posición 151 de 270 a pesar de que corriendo fui de los mejores pero la bici me penalizó mucho, y al terminar estaba perfecto, me había reservado demasiado por miedo a correr mal los últimos 5km, esto fue fruto de mi inexperiencia, por eso es tan importante para mi probar lo que hacen mis deportistas.
Lo siguiente fue el Medio Maratón de Madrid que corrí a 4’08» el km y me salió bastante bien a pesar de que en principio no estaba en mi planificación por lo que no busqué llegar en pico de forma y además estaba lesionado de la espalda.
Después llegó el turno a mi primer triatlón, era el sprint de Tres Cantos donde quedé el 127 de 290, iba mejorando, aún así era la primera vez que hacía triatlón y en la natación al empezar salí muy fuerte y me empecé a agobiar a los 300 metros, por suerte logré mentalizarme, encontrar mi ritmo y salir del agua entre los primeros, luego en la bici me adelantaron bastantes y corriendo recuperé muchas posiciones. Estaba empezando a conocerme mejor dentro del triatlón, sabía mejor que antes si estaba reservándome demasiado o no.
Tras mucho entrenamiento llegó el día del Medio Ironman, era el primer reto del 2017, había buscado el pico de forma para este día pero no llegaba bien, por trabajo, las dos últimas semanas no había podido dormir más de 5 horas y por ello no me había recuperado a tiempo del último microciclo de impacto. Tenía por delante 1900 metros de nado, 90km de bici y 21 km corriendo y mi último recuerdo de la natación era pasarlo mal en 750 metros del sprint de Tres Cantos. A pesar de esto, hice una natación aceptable, en la bici ya no me adelantaba tanta gente y corriendo que es mi fuerte de las tres modalidades… me dio un corte de digestión y corrí muy por debajo de mis posibilidades, corrí a 5′ 20» el km y encima sufría. No había entrenado suficiente la ingesta de geles y resulta que me sientan muy mal. Competía en No Federados pues este año no me federé ya que no sabía si esto me iba a gustar. Finalmente quedé en la posición 39 de 124 en mi categoría de no federados e hice un tiempo de 5h 5′ 38». El sabor fue agridulce pues estaba contento por hacer mi primer Half pero decepcionado sobre todo con mi carrera a pie. Por otro lado esto me ayudó a dar una vuelta a mi planificación y entrenar más la alimentación en competición, las transiciones bici-carrera y algunos detalles más.
A partir de aquí era 3 de junio de 2017 y el siguiente objetivo ya era el Challenge Madrid del 24 de septiembre. Ya sabía que esto me estaba gustando y era el momento de invertir, tras hacer el medio IM con la BH Oquina, me compré la Giant Propel Advance SL, al solo tener una bici aposté por una aero en lugar de cabra para así poder participar en cualquier distancia.
Por trabajo, en verano iba a estar entrenando en Ibiza y aproveché para apuntarme a lo que había en esas fechas e hice por ello un aquatlón Sprint, mi primer aquatlón donde quedé el 19 de 74 con un tiempo de 39′ 53» hice buena carrera y nadé normal, las sensaciones eran buenas pues cada vez estaba más cerca de la cabeza en aquello que me apuntaba y conocía mejor mi cuerpo y mis sensaciones, lo que me hacía sentir más seguro en las competiciones.
También hice un trail de montaña de 17 km en Sant Jordi (Ibiza), con un tiempo de 1h 31′ 16» quedando el 18 de 134. Llevaba desde octubre sin dedicarme a correr por montaña pero me sentí bien, lo bueno eran las sensaciones que me dejaba todo esto, me notaba en forma.
Ya era 19 de agosto y el 24 de septiembre tenía el gran objetivo del año, mi primer triatlón distancia Ironman cuando en noviembre no sabía ir en bicicleta.
DÍAS PRE-CHALLENGE…
Ya solo quedaban unos días para llegar al 24 de septiembre, atrás dejaba un gran esfuerzo y una gran constancia, había aprendido a montar en bicicleta, había hecho mi primer duatlón olímpico, mi primer triatlón sprint, mi primer triatlón distancia medio IM, mi primer aquatlón, había tenido una constancia enorme, una gran fuerza de voluntad, había bajado de 73 kg a 63 kg, había bajado del 18% de grasa al 10% de grasa, había invertido mucho tiempo, había invertido dinero en la bici, neopreno, material diverso, había buscado alternativas a los geles ya que no los tolero, en fin, me había preparado sin escatimar una gota de esfuerzo y siguiendo a raja tabla mi planificación.
No quería que nada fallara, tenía miedo de que pudiera fallar algo en la bicicleta pero esto también es parte del juego, quería llegar descansado y no como al Ecotrimad, quería que no se me cortara la digestión y poder sacar mi entrenamiento adelante en la competición.
A dos días de la competición decidí montar los tubeless que aceptan mis llantas en lugar de la cámara cubierta y llevar cámara en la bolsa de herramientas por si pinchaba, revisé que todo funcionara, engrasé bien la cadena, comprobé mi material un millón de veces y fui a recoger mi dorsal. Coincidí con la rueda de prensa, la gente estaba nerviosa y algunos no tenían claro el funcionamiento de las bolsas, yo tenía miedo a fallar en algo y revisé todo de nuevo, me fui a casa con calma tensa.
Ya solo quedaba un día para la competición, fui al breafing a pesar de haber leído toda la información mil veces pero había sido tanto el esfuerzo hasta ese día que no quería perderme nada, no quería fallar por exceso de confianza, no quería cometer ningún error tonto que echara por tierra el esfuerzo de 9 meses. Después fui a la T1 a llevar la bici y me fui a casa a realizar una sesión de estiramientos y revisar las últimas cosas que tenía que llevar.
Intenté acostarme pronto pero no hubo manera y a las 5.00 había que estar en pie para ir a Buitrago del Lozoya.
EL GRAN DÍA, CHALLENGE MADRID 24 DE SEPTIEMBRE DE 2017
El despertador sonó a las 5:00 pero a las 4:45 mis ojos ya estaban abiertos, me levanté y desayuné lo de siempre, no hay que inventar nada nuevo el día de la competición. Me había dejado en la puerta las mochilas con todo para no olvidarme nada pero aún así las revisé por enésima vez, cogí los bidones de la nevera, un plátano, una bebida isotónica y fui para Buitrago junto con mi pareja que me ha ayudado día a día en este reto.
A las 6:30 estábamos en Buitrago, revisé la presión de las ruedas, metí los bidones, preparé la mochila de la T1 con los alimentos y el material de la bici como casco, gafas, etc. Me cambié de ropa y me puse mi neopreno encima del tritraje, el gorro azul de mi grupo de edad que estábamos en la quinta salida y los tapones de los oídos, que yo los necesito, y las gafas de natación.
Ya eran las 7:30 y se había cerrado la T1, pasaban los minutos, llegaban las 7:50 y salía el grupo de pros masculino, luego pros femenino, luego ya empezaban los grupos de edad, yo estaba en la quinta salida, grupo de edad de 30 a 34, dieron la salida y ya estaba ahí, tras 9 meses de sacrificio había llegado el día, estaba entrando al embalse de Riosequillo a empezar a nadar 3800 metros, había que dar dos vueltas, al principio no me sentí cómodo, me entraba agua en las gafas, estaba con el grupo dando y recibiendo (los que hacéis triatlón sabéis a qué me refiero), no veía nada debajo del agua, pero según pasaban los minutos me iba sintiendo mejor y encontrando mi ritmo, aflojé un poco cuando recordé mil veces a gente con más experiencia que yo en estas pruebas decirme que no me calentara con la natación que luego podía pasarme factura, así que nadé en 1h 9min y salí muy entero del agua, la verdad que salí descansado, a día de hoy pienso que podía haber apretado un poco más. A partir de este momento solo fui avanzando posiciones.
He de decir que recomiendo hacer «pipi» en el agua pues te ayudará a no tener que parar a ello más adelante.
La T1 la hice con cierta calma, me comí un sandwich de nocilla y me tomé unos 250 ml de aquarius (todo bastante rápido) y me metí en los bolsillos del tritraje las sales, un par de geles de emergencia por si notaba una falta de energía repentina pues aunque no los tolero es lo más rápido, las bolsas de golosinas de una marca de nutrición deportiva que si me funcionan bien y salí corriendo a por mi bici en la cual tenía una bolsa con más triángulos de pan bimbo sin corteza con nocilla. Cogí mi bicicleta que recuerdo no es una cabra y es de las pocas que no era una cabra de las que había ahí y salí a rodar, al cambiar el Garmin de la T1 a la bicicleta, se bloqueó, lo que nunca le había pasado pues se ve que le dió miedo el Challenge y se bloqueó así que lo apagué y lo encendí de nuevo y pues perdí un poco de tiempo pero no me importaba, esto era muy largo y quería controlar mis tiempos y mis ritmos.
Durante la bicicleta fui tomando de manera estricta mi cápsula de sales con agua cada 30′ y en las zonas seguras me fui comiendo los sandwiches de nocilla. Lo bueno es que dos semanas antes ya había hecho el recorrido de la bici y tenía apuntado dónde debía comer cada cosa, adaptándome a la dificultad de cada zona.
El primer puerto fue Canencia, lo subí bastante bien, con fluidez y sin apenas sufrir, a continuación vino Morcuera, este para mi es el más duro de los tres, yo seguía con mi ritmo, hubo muchos ciclistas que me pasaron al principio de Canencia y de Morcuera que antes de terminar Morcuera ya les había pasado yo de nuevo sin variar mi ritmo, son puertos donde un calentón o intentar ir a ritmo de otro triatleta o donde defender una posición, te pueden pasar factura a medio o largo plazo.
Después vino Cotos el cual no es tan duro como Morcuera pero se hace largo, parece que nunca acaba, empecé a sufrir cuando quedaba 1km pero fue entonces cuando dos amigazos aparecieron ahí a darme ánimos, yo no sabía que iban a subir y esos segundos de verles me dieron fuerza para tirar a buen ritmo hasta Navacerrada al km 90 donde esperaba la bolsa de avituallamiento especial de la cual cogí unas golosinas de nutrición que me había dejado preparadas y seguí adelante. A partir de aquí mentalmente me decía que había pasado lo peor, que ya me había quitado lo más duro de la bici y que quedaba lo menos duro de la bici y la carrera que es mi fuerte de los tres deportes.
He de decir que mentalmente hay que llegar muy preparado y yo llegué muy preparado. No se me hizo largo en ningún momento, nunca pensé en abandonar, nunca tuve pensamientos negativos ni perdí la confianza. Esto también se entrena y es muy importante. Yo siempre supe que lo haría y que lo haría bien, no dudé.
Seguimos con la bici, bajar Navacerrada fue una bendición, ya estaba ahí, 9 meses deseando llegar a ese punto, sabía que tenía el sueño al alcance de la mano, durante el camino hasta Madrid hubo muchos toboganes, en alguna zona los participantes se juntaban bastante y había o que dejar rodar o esforzarse un poco más en rodar y alejarse de los que venían detrás para evitar el drafting, solo faltaba que me sancionaran por hacer algo que no quiero hacer y encima que odio las trampas.
Cuando estaba por Valdemorillo de pronto, ¡sorpresa! mi suegro había subido con la bici a un punto a esperar a verme pasar y darme ánimos, esto me dio de nuevo fuerza y motivación para seguir fuerte hasta Madrid. Igual no os lo creéis pero ver que hay gente apoyándote en tu sueño, que madrugan y suben a pesar del tráfico generado al cortar las carreteras y todo por verte unos segundos, da más energía que el mejor de los geles y que el mejor de los isotónicos.
Por la zona de Villanueva, Boadilla y Montepríncipe me sentía como en casa ya que es donde salgo a entrenar habitualmente la bicicleta, aproveché a comer por la zona de Boadilla los sandwiches de nocilla que me quedaban, hasta que llegué por fin a la T2 6h 17′ después de haber salido de la T1. Escuché a mi novia dándome ánimos, de nuevo, chute de energía.
Entré corriendo a la T2, me quité lo de ciclismo y me puse mis zapatillas de correr, aproveché a ir al baño a hacer «pipi» de nuevo y empezaba la tercera y última prueba, estaba a 42 km de alcanzar mi sueño de este año. Empecé a correr a 4’36» e hice así los primeros 15km. Se trataba de 4 vueltas de 10km bastante planitas y luego 2km de subida terribles hasta el km 0 de la Puerta del Sol. Cada vuelta de 10km te daban una goma de un color diferente, estaba deseando coger la negra que era la última.
Durante la carrera a pie, sentí los ánimos de mis padres, de mi novia y de un par de antiguos compañeros de la universidad, pero también de gente que no conocía de nada y de verdad que cada muestra de afecto, cada grito de ánimo, era un paso más que me ayudaban a dar en el camino a mi sueño.
Cuando llevaba 15km hacía 30 grados pues eran las 16:30 de la tarde aprox. y vi mucha gente abandonando, andando, algunos siendo atendidos por los sanitarios, gente pasándolo realmente mal, yo iba bien pero me daba miedo pinchar más adelante y bajé a correr a 5′ el km para dosificar. Tenía miedo de deshidratarme por el calor que hacía y fui bebiendo en todos los avituallamientos.
En el km 38 ya de tanto mezclar e incluso de ir saturado de tanta bebida y tanto isotónico, paré a devolver en un contenedor cercano a los avituallamientos. Fue algo muy rápido, me sentí mal, lo eché y me sentí bien, pero aún así quedaban 4km y ya no era capaz de correr como antes, una persona del público que no me conocía de nada, lo dio todo animándome y eso me ayudó a encenderme de nuevo y seguir la marcha, ya había bajado el ritmo, no había andado en toda la competición, no había tomado un solo gel, no había hecho la bicicleta en una cabra, pero ahí estaba a 4km, habiendo adelantado 30 posiciones en la carrera a pie y no se me pasó la idea de abandonar o empezar a andar, seguí trotando, llegué a la cuesta de la Vega, en ese momento me parecía el Everest pero ni aún ahí me paré ni aún ahí caminé, seguí corriendo y estaba ya en la Calle Mayor, estaba a metros de la meta, cerré los ojos y el calor de la gente me fue llevando, cuando los abrí vi a mi madre lista para correr conmigo los últimos 100 metros y entonces fue como si no hubiera hecho nada, mis piernas volvían a estar como nuevas, la fatiga desapareció, nos dimos la mano y corrimos a sprint esos últimos 100 metros, tras 3h 51′ corriendo, crucé la meta. Todo pasó muy rápido, 9 meses deseando ese momento y de pronto ya estaba ahí, ya había pasado, lo había logrado una vez más había cumplido un reto pero no será el último.
En total hice un tiempo de 11h 36′ 23» quedando el 95 de 415 en la general y el 10 de 60 en mi categoría.
POST CHALLENGE
El momento post Challenge comienza nada más cruzar la meta, de repente tengo una medalla colgada del cuello, me estoy apartando para que el fotógrafo pueda fotografiar la entrada del resto de participantes, estoy hablando con mi vecina que formaba parte de la organización y estaba en la meta, sin darme cuenta estoy hablando con un verdadero crak dentro y fuera de los circuitos, Iván Álvarez, quién esperaba poder ganar y a pesar de quedar en séptima posición fue muy amable y tuvo muy buenas palabras hacia un novato como es mi caso que sin ni si quiera parar a pensar, de manera espontánea según le vi me salió de dentro preguntarle, ¿Cómo has quedado? como si le conociera, la falta de azúcar no me dejó pensar jeje.
Me senté y comí melón, había muchas cosas pero mi cuerpo al ver el melón no me pedía otra cosa. Cuando logré moverme, salí y estaban mis amigos de la MRC, fue una gran sorpresa, fue increíble verles ahí, para mi había sido un día muy importante y al final es solo deporte y puede ser muy difícil lograr que otros entiendan tus sueños pero ellos lo entendían y estaban ahí.
Me encontraba mejor que en otras ocasiones que había realizado competiciones más sencillas, pero aún así me encontraba algo raro.
Los días siguientes al Challenge me sorprendieron para bien pues no he tenido grandes sobrecargas ni malestar, me he recuperado bastante bien, eso fortalece aún más mi acierto en la creación de la planificación, he mejorado mucho en la competición y la recuperación. Ha sido para mi un éxito a nivel deportivo pues en mi debut en IM en solo 9 meses de hacer triatlón no esperaba estar entre los 100 primeros ni bajar de 12 horas, mi reto inicial era solo hacerlo y acabarlo. También ha sido un éxito a nivel laboral pues toda la planificación y entrenamiento ha sido cosa mía, ha sido mi puzzle, mi creación y el resultado ha sido excelente.
DERRIBANDO MITOS
He derribado algunos mitos de cosas que a veces escuchas y parece que no hay alternativas.
- «Si no has hecho no se cuantos millones de triatlones no debes hacer uno de larga distancia»: Bueno todo depende, si tu preparación es la correcta puedes, obviamente es raro que en 9 meses pases de ser un sedentario a hacer un Ironman pero en mi caso venía del mundo de la carrera y otros deportes y en solo 9 meses lo he logrado y creo que con un resultado más que digno.
- «Hay que tomar 16 geles» o como me dijo en Ibiza una persona con más de 15 IM a sus espaldas «sin geles no lo terminas»: No tomé ni un solo gel, no los tolero y como entrené correctamente me he conocido y sé que no puedo con ellos y he buscado alternativas, no he tomado ni uno y he acabado de manera creo yo bastante digna. Obviamente sé que si tolerase los geles perdería menos tiempo que tomando las golosinas y los sandwiches y también sé que podría hacer uso de ese glucógeno más rápidamente que con los alimentos que yo tomé pero si yo tomo 16 geles os aseguro que no acabo la competición. Por lo tanto, conócete mejor que nadie, la verdad de cada uno es para cada uno pero no para el otro.
- «Sin una cabra vas a llegar el último»: Esto me lo han dicho… Llegué el 95 de 415, me quedé a 320 posiciones de ser el último. Obvio que sé que con una cabra habría hecho mejor tiempo pero solo tengo una bici y quiero hacer también distancias cortas, pero si alguno quiere regalarme una cabra y no me refiero al animal, ¡ojo! que no me importa.
AGRADECIMIENTOS
Este camino es largo y en ocasiones complicado pues necesita de un gran volumen de entrenamiento, gran inversión de tiempo y dinero y sacrificar por tanto otras cosas, yo por suerte he tenido un entorno inmejorable, en otro contexto no sé si habría podido hacer esto en tan solo 9 meses.
Primero agradecérselo a mi novia Laura por haber estado a mi lado, compartido tantos entrenamientos, acompañarme a todas las competiciones, animarme, no ponerme una sola pega por irme a entrenar en lugar de compartir tiempo haciendo cosas juntos, por ayudarme en absolutamente todo el proceso, porque si describo una a una las cosas que ha hecho por mi en este viaje de 9 meses, tendría que hacer una entrada del blog solo para ella.
También a mis padres que pese a vivir en Italia, en las dos fechas señaladas, Ecotrimad y Challenge, estuvieron aquí para darme todo su apoyo y porque me han animado y han confiado en mi.
A mi suegro, quién me dejó la bici y gracias a él aprendí a salir en bici de carretera y pude empezar con esta aventura, además de ayudarme a conseguir gente con la que entrenar y acompañarme a hacerme algún que otro puerto. También a mi suegra por esos cachopos que te recuperan de cualquier esfuerzo.
A David Plaza, mi triatleta favorito que es quién me metió en este lío y con quién compartí la experiencia del Ecotrimad.
A Miguel, nos conocimos en natación y aunque no hemos competido juntos de momento, si que hemos compartido muchos entrenos de natación, bici y carrera. Siempre ha estado disponible para machacarle a preguntas de ciclismo y me ayudó a no equivocarme al invertir en la bici.
A Iván, gracias a él he podido hacer entrenos de calidad en Ibiza en cuanto a carrera, me ha enseñado los mejores caminos para entrenar allí y ya me está retando a bajar de 3h en maratón en 2018.
A David y Javier de Ibiza que son unas bestias de la bicicleta y aunque yo no saco esas medias de 35km/h como ellos, siempre me avisaron para salir y pude entrenar muy duro con ellos y aprender mucho de la bicicleta.
A mi vecino David por hacerse conmigo los tres puertos la semana antes de la competición.
A la MRC, Pepelu, Santi, Javier, Deder, Sinka, Cris , María y todos los demás que me fueron a ver, que confiaron en mi, que me animaron, y que me hicieron sentir que no estaba solo en este viaje.
A todas esas personas anónimas que me dieron un grito de ánimo, su apoyo, su motivación durante la competición a pesar de no conocerme de nada.
AQUÍ DEJO EL VÍDEO DE MI EXPERIENCIA: https://www.youtube.com/watch?v=Gt_Xy7iq6nc
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